8M meditación por la igualdad
8M es un tema de igualdad, bien vale la pena hacer una meditación.
Para alcanzar esa igualdad hemos de hacer aproximaciones, es cuestión de 50, 50.
Las mujeres ni podemos, ni queremos hacer una escalada hacia el sistema patriarcal, un sistema que no nos ha llevado hacia una sociedad más justa, de cuidado de los otros, de responsabilidad como humanos.
Para acercar posiciones, nosotras nos acercamos un 25% y los hombres otro 25%. Buscamos un punto medio, equilibrado, para poder vernos como iguales, responsabilizándonos del cuidado, mantenimiento y educación en nuestras familias que son el pilar de la sociedad.
Una sociedad que va de abajo a arriba, una sociedad que valore la conciencia de quiénes somos y qué obligaciones tenemos para con el colectivo, ya sea familiar, de barrio, de pueblo o ciudad, creando estructuras más justas y con principios morales que, muy lejos están hoy en día de lo que es el ser humano por naturaleza.
El ser humano por naturaleza es un ser que necesita ser tratado con dignidad, la dignidad que reclamamos las mujeres y que es la que reclamamos para nuestro familiares masculinos, porque les amamos y queremos lo mejor para ellos, que también son víctimas del patriarcado.
La mujer por naturaleza anida la vida humana, protege, cuida, ama. Ese es su poder.
El poder femenino asusta porque derrumba pacíficamente las estructuras machistas y pone luz en tanta oscuridad, visibilizando el mal en el planeta. Un poder que compartido amorosamente con los hombres es imparable.
En un día como hoy, y todos los días del año, mi oración por una sociedad igualitaria donde caminemos juntos de la mano por un presente más justo que se convierta en un futuro luminoso, que es el que nos merecemos.