El Reiki y la alegría

La alegría nace cuando exploramos nuevos territorios y salimos de la zona segura. Recibir Reiki es justamente esto!!
Una vez has decidido que el Reiki es una terapia adecuada para ti, entonces te estás abriendo a una nueva percepción del mundo y sobre todo, a una mirada diferente de ti mismo.
Las razones por las que acudimos a esta terapia son muchas y variadas. En ocasiones, por desconocimiento, pensamos que son actos de magia y nada más lejos de la realidad. El Reiki es potencialmente poderoso y actúa inteligentemente allí donde es necesario.
Últimamente oímos hablar de energía constantemente. De buena o mala «vibra». No es más que aquello sutil, que no sabes como llamarle y sin embargo sabes que está ahí, causándote satisfacción o malestar.
Con la energía que recibes en una sesión de Reiki, tu ser (que es algo más que tu cuerpo físico e incluso el mental), establece una conexión con la inteligencia del universo. De esta forma se puede recobrar el equilibrio necesario para afrontar el momento que estás viviendo.
Recuerda que las cosas no suceden porque sí. Todo es por algo. Las experiencias que tienes son formas de aprendizaje que necesitas tener, para ir tomando conciencia que eres algo más que este simple cuerpo que transita por el planeta. Formas parte de un todo, algo que es más grande que tú y que está deseando darte todo lo que te mereces.
La sensación de bienestar y de qué estás haciendo lo correcto cuando decides recibir Reiki, te proporciona la calma, ese ir despacio, respirando con conciencia y sintiendo el tiempo transcurrir de otra manera.
Te propongo que empieces a probarlo. Y si ya lo has hecho, a que continúes, aunque sea de vez en cuando. Nunca está de más recibir buena vibra y aprender a contemplarte como el ser de luz que eres.
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