Espacio Reiki es sinónimo de bienestar, paz y espiritualidad.
El bienestar físico lo conseguimos gracias a la parada y atención que nos estamos prestando a nosotros mismos, la paz mental llega al ser capaces de relajarnos y alimento para el espíritu al aumentar la vibración y conectarnos con lo sutil.
El espacio para Reiki es un lugar donde el encuentro con la energía universal es de pura conexión y como tal, sentir comodidad y bienestar es parte fundamental de la terapia. Ya nos lo imaginamos con luz tenue de unas velas, incienso, música suave y calor humano.
El lugar debe ser el apropiado para vibrar alto, que nuestra respiración se calme y lograr que los pensamientos fluyan de forma que nos demos cuenta que es aquello que pasa por nuestra mente.
La armonía entre lo que vemos, lo que oímos y lo que el resto de nuestros sentidos captan, aunque no seamos conscientes de ello, mejora la receptividad de Reiki.
Empecemos por la vista.
Cuando entramos en un espacio para el Reiki, nuestros ojos, tras una vista previa, valoran si es un lugar donde el orden y la sencillez va a facilitar la relajación para empezar a calmar la respiración como primer paso a la terapia. Una flor, un mandala, una imagen son elementos agradables a la vista.
El olfato
Usaremos la aromaterapia para proporcionar una sensación de entrada a un lugar diferente, que asociamos al espacio adecuado para desconectar de lo mundano y así cambiar el chip de lo cotidiano para sentirnos en esencia como seres energéticos y poderosos. Usaremos incienso y aceites esenciales.
El oído también es importante.
Una música relajante nos hace entrar en un estado de conciencia diferente, ayudando a captar la energía que vamos a recibir en la sesión de Reiki que se va a producir.
Y el tacto
Es necesario resaltarlo ya que estamos hablando de una terapia natural que usa las manos para transmitir Reiki. Es innecesario tocar al receptor, la energía llega igual, aunque si el paciente lo desea se pueden posar las manos delicadamente.
Al hablar de espacio Reiki, también nos referimos a ese espacio sutil, no físico, sino mental que debemos crear para obtener mejor resultado en la sesión que vamos a iniciar.
