A través de la imposición de las manos, por donde fluye la energía vital, logramos estabilizar los estados en los que se encuentran los que reciben Reiki, logrando sincronizar cuerpo, mente y espíritu.
El equilibrio conseguido mediante el Reiki, ayuda a la relajación y a tener un estado de salud más satisfactorio. Esto significa que ayuda a restablecer los procesos de autosanación del cuerpo físico y emocional.
El ser humano, es capaz por sí solo de curarse. Con el Reiki recibe una ayuda para lograr establecer la armonía que, debido al tipo de vida moderna que llevamos, se había perdido. Aumentan sus defensas y por consiguiente, mejora su salud.
Cualquier ser vivo se beneficia del Reiki, persona, animal o planta que se encuentre débil o enferma, puede ser sanada mediante la terapia de Reiki.
Las sesiones necesarias
Para obtener resultados satisfactorios, depende del estado de salud en el que se encuentre el receptor. Tengamos en cuenta que la persona que comienza la terapia, necesita recuperar el equilibrio perdido, por lo tanto es obvio que el cuerpo utilizará cualquier mecanismo para liberarse de aquello que le hace daño.
Esa purga corporal puede manifestarse de diferentes formas, es un proceso natural. Nuestro cuerpo rechazará lo que no quiere para poder limpiarse y a partir de aquí, comenzar a sanar.
Y no hablamos nada más del cuerpo físico. La sanación emocional. mental y espiritual acompañan estos procesos. La sanación es holística, somos un todo conectados a un todo superior, el Universo cuya energía es abundante e infinita.